Tomando algo... [Cerrado]

Ya me estaba acostumbrando a rondar por la ciudad sin perderme. No es que mi sentido de la orientación hubiera mejorado ni mucho menos, pero sí que empezaba a reconocer fácilmente los establecimientos y las cosas llamativas de la calle haciéndome más fácil saber por donde caminaba y a donde me dirigía. En esta ocasión incluso escribiendo en mi cuaderno sabía que estaba andando hacia la cafetería. No es que me apeteciera realmente tomar café, pero al parecer lo que pensara mi cerebro y lo que querían mis piernas no era exactamente lo mismo.
Cuando llegué a la entrada levanté la vista de mi cuaderno y miré las mesas. Cómo siempre estaba lleno, pero en la terraza quedaba una mesa de cuatro personas libre. Entré dentro del local a pedir mi bebida deseando que cuando saliera la mesa siguiera libre, aunque estaba llena no había mucha cola, así que me atendieron rápido y pedí el capuccino que ya me estaba acostumbrando a tomar siempre que iba a aquel lugar. Esperé a que me lo sirvieran vigilando la mesa de reojo. Pagué el café y lo cogí con la mano en la que tenía el lápiz.
Por suerte nadie se había sentado en la mesa, así que me senté en una de las sillas moviendo con el pie las otras tres para que vieran que estaban desocupadas y las cogieran sin tener que pedirlas. Dejé mi café en la mesa y releí lo que había escrito intentando unir los cientos de palabras incoherentes de la página, esquivando con el lápiz los dibujos que había hecho por todas partes.

Di un pequeño sorbo a mi café, se me estaba enfriando por estar distraída. Una sombra eclipsó la luz que caía en mi cuaderno, levanté la vista y miré quien era. Allí estaba mi líder, o por lo menos me sonaba que era él. No había tenido ocasión de hablar con él todavía desde que había llegada a aquella manada. Le sonreí cuando se presentó. Su voz era clara y dulce, hizo que me sintiera como en casa. - Hola, soy Rainie. Encantada de conocerte. ¿Quieres sentarte conmigo? - Moví una mano para señalar una de las sillas.
Tenía que reconocer que mi líder era un chico atractivo y que imponía respeto con la mirada. Pero sus facciones y su tono eran amables y educados y eso me gustaba mucho más. Tenía mala experiencia en cuanto a líderes y manadas y sentirme tranquila era para mi muy importante. -Siento no haberme presentado antes, espero que no pienses que soy una maleducada - Le sonreí de manera tierna.

Mi líder me intrigaba, era una persona educada y un hombre atractivo tenía que añadir. No estaba acostumbrada a que un líder fuera precisamente así. Recordaba a mi líder anterior, un escalofrío me recorrió molestándome. Estaba perdida en mis recuerdos cuando él se me acercó y me sobresalté un poco poniéndome colorada. Su advertencia estaba clara y era algo que tenía grabado a fuego en la memoria. Pero me sorprendió que quisiera pretender ser una pareja coqueteando y no un par de amigos tomando algo. Llamó al camarero pidiéndole que me tomara nota, miré de reojo mi capuccino ya congelado y suspiré - Un capuccino por favor - le sonreí al camarero, pero mi vista se desvió a mi líder de nuevo jugaba con un cigarrillo entre sus dedos. - No claro, estamos al aire libre - sonreí. No me agradaba mucho el humo del tabaco pero solía ser bastante tolerante con el tema. Todos éramos libres.
Sentía curiosidad por qué estaría haciendo por aquella zona, y al parecer mi cerebro tenía claro que quería saberlo aunque no fuera educado preguntar - ¿Qué te trae por aquí? - Al apoyar la mano en la mesa me di cuenta de que mi cuaderno seguía abierto, lo cerré rápidamente y lo coloqué a un lado con el capuccino frío esperando que él me contestara y no se diera cuenta del gesto.

Encendí el cigarrillo y lo lleve a mi boca un par de veces "Lo que hago aquí es secreto, pero como eres de confianza lo diré" dije mientras me acercaba a ella mirando al alrededor "Veras, tengo la importante misión de comprar los chocolates con café que venden aquí si no lo hago, mi vida podría estar en peligro" Dije muy seriamente para luego reírme un poco mientras me alejaba mirando hacia otro lado "Secretos, todos los tenemos" dije mirando su cuaderno "y tu que haces aquí" la veía otra vez al mismo tiempo en el que me llevaba de nuevo el cigarro a la boca por ultima vez para luego comenzar a tomar mi bebida luego la mire atentamente escuchando su respuesta mientras apoyaba uno de mis brazos en el respaldo de mi silla acomodando mis piernas para estar mas cómodo.

Miré como encendía su cigarrillo y comenzaba a fumar, lo hacía de una manera elegante, ese hombre no se parecía a nadie que hubiera conocido antes. Se acercó a mi para supuestamente decirme que hacía allí. Su respuesta me hizo reír, me tapé la boca y lo miré -Entonces tendré que probarlos - sonreí pero dejé de hacerlo al seguir su mirada hasta mi cuaderno. "Sí... todos teníamos secretos, de eso no cabía duda" Pensé amargamente. Puse instintivamente mi mano en el cuaderno como para protegerlo y desvié la mirada. Su pregunta me hizo mirar mi café y luego la calle. "¿Qué hacía allí?" Era una buena pregunta que no tenía ni idea de como responder, así que intenté responderla lo más sinceramente posible - De vez en cuando necesito perderme -sonreí- a veces literalmente, para mi desgracia... Para poder encontrar inspiración, olvidar cosas... -no debí haber dicho eso, lo miré de reojo- Hoy sólo paseaba realmente.-
No entendía por qué me costaba tanto responder algo tan simple... pero es que ni siquiera yo sabía porque terminaba siempre lejos de los demás. Me removí algo incómoda con la idea en mi asiento y bebí un poco de mi capuccino.